
Ilustración: Plumilla. Sfumatto Fine Art PhotoStudio. Zamora,2008. Clic para ampliar.
La ciudad capitalina ha sido históricamente para el flamenco la tabla de salvación de los artistas andaluces. Aquí venían a trabajar en los tablaos y en las fiestas privadas del Madrid profundo. No era una plaza a ganar, sino una plaza donde vivir. Y así, la comunidad flamenca que habitaba en Madrid era tan importante en número como la que pudiera habitar en Jerez o en Triana.
No es de extrañar, por tanto, la existencia de artistas flamencos de origen madrileño que han escrito su particular página en el libro de la historia de este arte. En el caso de D. Ramón Montoya, es una extensa página que marca un extraordinario hito en la evolución de la guitarra flamenca. Hay un antes y un después de Montoya, hasta el punto de poder afirmar que todos los guitarristas posteriores a él, parten de su escuela para desarrollar su propia estética.
José Blas Vega, también madrileño, es uno de los investigadores de flamenco más prestigiosos del panorama nacional y escribía esto : "En la historia de la guitarra flamenca hay que hablar de un antes y un después de Ramón Montoya. Podemos decir sin temor a exagerar que todo el universo de la guitarra flamenca gira en torno a él".
D. Ramón acompañó a los cantaores más grandes de su tiempo. En su encuentro con D. Antonio Chacón, el Papa del Cante, marcó una nueva forma de acompañamiento, pero también lo hizo con la Niña de los Peines, y posteriormente con Pepe Marchena y con tantos otros importantes artistas.
En su faceta como concertista, Rodrigo de Zayas escribía : «En septiembre de 1936. empezó una brillante carrera Internacional, impulsada por un antiguo alumno suyo; el artista gráfico Marius de Zayas. Sus giras, entre 1936 y 1938 le llevarían ante los públicos más exigentes de la música clásica, en las salas de conciertos más prestigiosas de Europa y América. En febrero de 1938, dio un recital privado, con La Argentinita, para la reina consorte, Isabel de Inglaterra».
Este homenaje, el primero que se hace a su figura, se cierra con el espectáculo de otro gran guitarrista madrileño. Un hombre que junto con Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar, forma parte de un triunvirato histórico que vuelven a darle otra “vuelta de tornillo” a la evolución de la guitarra: Victor Monge “Serranito”.
Además de rendir este homenaje, hemos pretendido que este Festival sea una muestra completa de todas las disciplinas relacionadas con el universo flamenco: cante, guitarra, baile y percusión, en el que alternan artistas consagrados con otros que están en proceso de hacerse un hueco en el panorama nacional, pero siempre desde el concepto ortodoxo de este arte.
Más info (vía deflamenco.com), [aquí].
Efectivamente, como ayer comprobamos, una vez más, todos los que asistimos al Aula Flamenca de Caja Duero el flamenco traspasa fronteras y lo hace a lo grande. Sólo el raquitismo cultural y el desprecio secular por lo nuestro, especialmente si resulta tan valioso como el flamenco, es exclusivamente autóctono e intransferible. Kyoto Shikaze, universitaria, culta y profesional relevante en su país Japón, nos volvió a poner de manifiesto la importancia de una música de probada demanda internacional,…. y que en España muchos todavía no han descubierto después de dos siglos y medio de su práctica. En fin, “no se hizo la miel para la boca del asno”. Para Kyoto fue tal el impacto que le produjo el entrar en contacto con este arte que desde 1987 vive en nuestro país, actualmente en Sevilla, y se dedica profesionalmente a actividades periodísticas además de coordinar e interpretar lingüísticamente en sus giras a artistas como Paco de Lucía, Sara Baras o Joaquín Cortés, entre otros.
Entrando ya en la parte musical, a cargo de Rubito Hijo y Jesús Zarrias, decir que su actuación fue largamente ovacionada por todos los presentes. Pero vayamos por partes. Abren por peteneras, con la de Medina el Viejo y la de La Niña de los Peines. Sigue tanda de soleares con recorrido por Alcalá, Triana, Utrera y Lebrija. Tangos, Ramón El Portugués, La Niña o El Piyayo. Continúan por seguiriyas, la primera de Manuel Molina, la segunda de Paco La Luz y el remate con la cabal del Fillo. Merecidísimo premio en forma de aplausos. Canción, canción por bulerías, pinceladitas de zambra, bulerías y bonito guiño a Manolito María. Rematan su redonda actuación a petición del respetable con una tanda de fandangos, intercalando juguetillo a compás.
Y con esta crónica es probable que nos despidamos hasta la siguiente gran cita, organizada por La Peña Flamenca “Amigos del Cante”, tendrá lugar el sábado 19 de Abril, en torno a una cena en el Hotel Sayagués y contará con las actuaciones estelares de El Torta y El Yeye de Cádiz al cante, y Alberto San Miguel y José María Molero al toque.
Félix R. Lozano. Vicepresidente de la Peña Flamenca "Amigos del Cante". Zamora, 2008.
Efectivamente. Siendo como han sido todos los “jueves” del Ciclo de primerísimo nivel, en el de esta semana se superaron las expectativas.
Pero antes de dar detalles tenemos que hacernos eco de una pérdida. El pasado día 26 cerraba sus vivarachos ojos Gaspar de Utrera. Después de 75 años apurados sorbo a sorbo nos deja uno de los últimos y más genuinos representantes de los flamencos que, en terminología de Donn E. Pohren, entendían este complejo arte como “una forma de vida”. Entre otras familias, emparentaba directamente con los Perrate (Perrate de Utrera, María la Perrata, Lebrijano, Dorantes, etc) y de los Pinini (Fernanda y Bernarda, El Funi, Pepa de Benito, etc). De inconfundible eco flamenco, resulta esencial su escasa pero suficiente discografía. El Ayuntamiento de la ciudad sevillana que le daba el apellido artístico ha decretado tres días de luto oficial.
Abren esta última entrega Fernando El de la Morena y Alberto San Miguel. Y es curioso que aunque todos sabemos de las limitaciones vocales del de la Calle Cantarería, en Zamora tiene “su público”, de manera que algunos de los que ayer abarrotaban el teatro iban “a ver a Fernando y Alberto”…, y también a Poveda. Decir que el cantaor en su línea predecible, y San Miguel creciendo cada día, fruto del estudio y del trabajo continuado, impropio por otra parte, en los artistas jerezanos. Ayer más que nunca nos pellizcó con los sonidos de su guitarra, y eso que el sonido no acompañaba como debiera. También contaron con la compañía de Luís Santiago y José Peña. Trillera. Siguen dos tarantos de Manuel Torre muy particulares. Previa preciosista entrada de San Miguel, tanda de soleares. Fandangos personales y seguiriyas jerezanas rematadas por cabal. Cierra con “la especialidad de la casa”: las bulerías en las que El de la Morena es maestro consumado. Le ponen la guinda los palmeros con la correspondiente patadita. Aplauso prolongado de compensación y cariño.
Después del preceptivo descanso, aparecen sobre el escenario Miguel Poveda, uno de los artistas de más alto caché en la actualidad. Acompañado por Chicuelo al toque, por Luís Cantarote y Carlos Grilo a las palmas y jaleos. Dedicatoria del recital por parte del catalán afincado en Sevilla al jerezano de La Morena. Popurrí de cantiñas: Alegrías de Córdoba, de Cádiz, cantiñas del Pinini, nuevamente cantiñas y alegrías para terminar por bulerías de Cádiz. Sonoro aplauso. Sigue por malagueña, fandangos de Lucena y rondeña. Tientos, con buena representación de Triana y Cádiz, para rematar con los correspondientes tangos, Niña de los Peines, Ramón el Portugués y jaleos. Taranta. Pregón del uvero de Manolo Caracol. Tanda de soleares. Coplas por bulerías y generosa entrega de bulerías. Sin duda en este último palo más que en ningún otro, demostró su excelsa calidad artística. Ya saben los aficionados lo difícil que resulta para un no gitano cantar por fiesta, cuanto más hacerlo con pellizco.
Lo dicho, remate de gala para un completísimo Ciclo.
Félix Rodríguez Lozano. Peña Flamenca "Amigos del Cante". Zamora, 2008.
Foto: III Festival de la Tierra del vino, 2007 [Sfumatto-FineArt PhotoStudio. Zamora]