domingo, 15 de febrero de 2009

El baile se llevó el premio gordo. XIII Ciclo de Flamenco en el Principal.

Lo que no quiere decir que el cante y la jondura de Marina Heredia con el toque de Luís Mariano no fuera aplaudido. Incluso ante algunas dificultades que ambos tuvieron para encontrarse sobre el escenario, el público zamorano, siempre generoso con los artistas, le mostró su apoyo. Abrió la de El Albaizín por alegrías, muy al gusto del sempiterno Camarón. Sigue con una sustanciosa entrega por soleares que se adentran por completo en Triana, Ribalta, Ramón, El Portugués, El Fillo (Soleá petenera de Pepe de La Matrona). Enseguida llega Malagueña de Chacón rematada por dos fandangos. Continúan en compás de bulerías con canción de Lole y Manuel. Le siguen ocho fandangos variados con recuerdos a Antonio de la Calzá, Paco Toronjo o Rafael Pareja de Triana. Para finalizar, puesta de pie, por tangos.
Con el cante, las palmas y los jaleos de Juan Reina y Moi de Morón y el sensacional toque de ese consumado maestro de maestros en la guitarra para baile, Rafael Rodríguez, aparece radiante, de inmaculado blanco, solo salpicado del discreto colorido de su marfil mantón de Manila, Luisa Palicio. Su majestuosidad y maestría en escena hacen impensable su joven edad. Todavía no ha llegado a los cinco lustros y es una consumada bailaora con sólo rivales en los grandes iconos actuales por encima de la cuarentena. Abre esta primera parte del baile adentrarse en los aires de ida y vuelta que diría Antonio Murciano. Concretamente Luisa nos ofrece una exquisitez, tenida en cuenta lo poco que las bailaoras actuales se prodigan por guajira, a ella le cabe el honor de hacerlo. Desgrana su arte en forma de diestras filigranas con el mantón, el abanico y el mantón oriental. Arte en el que seguro que los genes algo tendrán que decir, pero seguro que el duro trabajo diario y las habilidades de sus maestros son los artífices que permiten esculpir la grandeza de esta joven bailaora. Cambio de vestuario perfectamente ocupado por los cristalinos sones de Rafael Rodríguez por aires de malagueña. Muy aplaudido. Comienza El Moi esta segunda parte del baile con soleá de Joaquín el de La Paula, aparece Luisa con una espléndida bata de cola marrón lila. Juan Reina se arranca por soleares del Mellizo. Sigue Luisa con su exhibición en el manejo de la bata y de sus jondos desplantes, arropada por los aromas de Machango, María La Moreno, y Curro Frijones, hasta alcanzar el éxtasis. El público, que abarrota completamente el teatro para alcanzar el segundo lleno consecutivo, irrumpe en calurosos aplausos que rompen la tensión emocional producida por el arte en estado puro. Relajante baile por bulerías. Más y más aplausos, que obligan a los artistas a saludar varias veces. Finalmente nos obsequian con nueva dosis de bulerías, fuera de micrófono y patadita incluida de la genial niña Luisa. Sensacional.
El próximo jueves podremos contemplar el regreso a Zamora, después de muchos años, de Luís de Córdoba y del ya consagrado Guillermo Cano.

Félix. R. Lozano. Peña Flamenca "Amigos del Cante". Zamora.