sábado, 28 de julio de 2007

Pontejos y su cita flamenca. Por Félix R. Lozano.

Ya tiene mérito lo de este entrañable pueblo de cuarenta y dos habitantes a la hora de organizar las fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol. Hasta siete días de festejos, y según nos manifestaron, tan pletóricos de éxito como la celebrada cita anual de flamenco. Generosa concurrencia próxima a los tres centenares de personas que durante más de dos horas y media disfrutaron de lo lindo, como habíamos previsto en la presentación de la IV Noche Flamenca en este mismo medio. Habitantes, “hijos del pueblo” foráneos y aficionados de toda la comarca de la Tierra del Vino se dan cita en la plaza mayor de Pontejos, en la convocatoria flamenca ineludible.
Presentó el acto con su simpatía, sencillez y saber estar habitual la flamante concejala de cultura y primera tenencia de alcaldía, Ana Mulas, por lo que recibió un prologado aplauso.
Inicia el recital Basilio Villalta acompañado por la frescura juvenil de la sonanta de José Almarcha. Tanda de seis soleares apolás para abrir boca, empezando por el Ollero y continuando por Silverio Franconetti, versionado por El Tenazas de Morón. Se presiente que Basilio pueda tener una mala noche por afonía al utilizar los tonos bajos. Sigue con malagueña, empezándola por granaina y terminándola por rondeña y verdiales. Habíamos pronosticado que esta noche era propicia a oír cantes poco habituales. Mariana, con la letra clásica grabada por el entrañable Bernardo el de los Lobitos. Los problemas de voz le impiden continuar en el escenario.
Toma el relevo y el timón, para no dejarlo en toda la noche, ese ciclón de simpatía, profesionalidad, facultades y dominio de la escena, llamado Luisita de Huelva. Fandangos de Huelva. Sigue con alegrías de Córdoba a petición del respetable, que para entonces ya estaba rendido ante la grandeza de esta gran artista. Seguiriyas, con esa fragancia y encanto especial que transmiten a los palos más solemnes quienes son maestras en la copla. Por ejemplo la Paquera, y también Luisita. Tres seguiriyas: Manuel Torre, Tomás el Nitri y cabal de Silverio. Le sigue la petenera de Medina El Viejo. Campanilleros con la letra del Torre. Termina la primera parte con larga tanda de bulerías. Aplausos merecidos.
Sale nuevamente Basilio, sacando fuerzas de flaqueza, e imponiéndose a la adversidad con voluntad de acero. Nueva entrega de soleares trianeras, hasta nueve: Noriega, el Quino, Machango, La Andonda y Ramón el Ollero. Un primor para el disfrute musical, que junto con las seguiriyas de Luisa, se pueden calificar como lo más granado de la noche. A dúo siguen por tientos.
Cambio de vestuario de Luisita para encarar la última parte de la noche, la dedicada a la copla, bien adobada con los consiguientes fandangos finales entonados en un pacífico “mano a mano”. Destacar el interpretado por Basilio, del Niño Gloria, dedicado a su mujer aquejada del mal de Alzheimer, incitando los correspondientes suspiros en la concurrencia. Se cierra el acto, en torno a la una y media, con el público puesto de píe y el tributo de sus palmas.
¡Hasta el 4 de Agosto en Morales del Vino!