sábado, 26 de junio de 2010

La cita flamenca de San Pedro se reencuentra con Antonio Pedrero, 40 años después.

yeye&molero

Cierto. El pintor más reconocido de la larga nómina de artistas zamoranos y sin duda el más carismático de la fecunda Escuela de San Ildefonso abrió la veda de los grandes cartelistas que este Festival -decano del flamenco nacional- y seña de identidad zamorana en nuestras entrañables Ferias y Fiestas. Inició el primero de los geniales carteles flamencos -auténticas obras de arte de la iconografía jonda de todos los tiempos- que junto con la de artistas de la talla de Torre Cavero, Coomonte, Alfonso Bartolomé, Luis Quico, Alfredo del Cueto, Parrilla, Lozano Bordell, Esteban, Patxi Acevedo, o los foráneos Moreno Galván y Ginés Jorquera, conforman una nómina de alto peso en nuestro acervo cultural de los últimos años. Este ciclo de ocho lustros lo abrió y cierra el insigne Antonio Pedrero. Para dejar entre medias un fragmento de uno de sus lienzos más conocidos “Mural del bar La Golondrina”. No obstante a Pedrero se le debe mucho más, al ser un decidido impulsor -desde aquella mítica Comisión de Fiestas- precisamente de este Festival y de otro de los iconos de nuestras Ferias, la de La Cerámica. Pero eso lo contaremos en otro momento.

Tres cantaores en la plenitud de sus carreras, dos guitarristas completamente cuajados de talento y un maestro de la sonanta. Finalmente, una bailaora con un margen de crecimiento artístico altamente interesante, y que ya pisó fuerte al llevarse el primer premio de baile, el prestigioso “Desplante” en el XLIX Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión en agosto del pasado año. Atractivo cartel para cerrar cuatro décadas del Festival más antiguo del mundo, si exceptuamos los contados con los dedos de la mano dentro de la comunidad andaluza ligeramente anteriores al nuestro. Y podríamos añadir más. Si estableciéramos una comparativa en la que se relacionara la calidad y el nivel artístico con el presupuesto asignado podríamos afirmar sin ningún género de dudas que sí estamos ante el mejor Festival. O dicho de otra forma es muy difícil hacer más con menos.

Ayer hablaba del Yeyé a propósito de la imprescindible Misa Flamenca y decía lo que todo el mundo sabe. Antonio López Olmo es el cantaor profesional en plenitud de facultades más importante por los aires de Cádiz. Es decir, desaparecido el maestro Chano, Yeyé ocupa su cetro. Con esto, y remitiéndome a lo publicado ayer viernes sobran más comentarios. A propósito de su nombre artístico, decir que su polivalencia musical, muy propia de la genialidad gaditana, lo llevó a encabezar una de las murgas más famosas en la década de los sesenta, la de los Beatles de Cádiz, popularmente los “Yeyés”, de ahí Antonio el de los Yeyés. El toque del maestro jerezano José María Molero, su guitarrista habitual, es un seguro de vida para sacar lo mejor de de este destacado cantaor.

El auténtico trasgresor del flamenco elevándolo a arte supremo no es Morente es Manuel Moreno Maya, artísticamente El Pele. Éste lo hace por vocación innovadora y el otro por necesidad ante la falta de facultades. Sin embargo el granadino tiene mejor marketing para vender humo. El de Córdoba posee un conocimiento profundamente cabal del flamenco para “distorsionarlo” creativamente hasta conseguir arte sobre el arte. Y sin dejar de ser fiel a las raíces más ortodoxamente flamencas. Patrocinio Hijo, tocaor virtuoso y creativo se complementa como fino guante de badana a la mano.

Julián Estrada, junto con Calixto Sánchez, Miguel Poveda y Miguel de Tena conforma, el privilegiado grupo de “tenores” de lo jondo. Lo hemos disfrutado en diversas ocasiones en Zamora y siempre ha mostrado el crecimiento de un peldaño mas en su fino arte. Faltaba verlo en el incomparable marco de nuestro Festival, y por fin esta noche nos podrá demostrar su talento en escenario tan decano. Estará acompañado por quien mejor lo conoce y le toca: Manolo Silveria, otro versado y seguro guitarrista.

Ana Morales está llamada a ocupar lugares de privilegio en el baile de mujer, en este momento reservados a Sara Baras o Eva La Yerbabuena. Zamora será paso obligado para comerse el mundo, por lo que vendrá dispuesta, con un buen arropamiento de su compañía, a demostrar el porqué del primer premio de baile del Festival de las Minas. En suma, Festival ligeramente modesto –un poco corto de efectivos- pero que sin duda, los que están son suficientes, para elevarlo al nivel que se merece.

Félix Rodríguez Lozano