martes, 10 de febrero de 2009

X Premios Nacionales "Flamenco hoy", la trastienda. Por Félix R. Lozano.

Con más glamour que nunca tuvo lugar la entrega de los premios nacionales el pasado martes en Jerez de La Frontera. Recordar que en esta ocasión han sido sesenta y tres los críticos de toda España que han emitido sus votos. Es obvio que este evento, con su decena de ediciones efectuadas, es una cita anual obligada para el mundo del flamenco. Un año más Onda Jerez lo retransmitió en directo con un despliegue técnico que impresionaba a propios y extraños. Además permitió la conexión por satélite a más de una veintena de televisiones locales y autonómicas. Se va haciendo necesario que la TV que pagamos los españoles, pero que no está al servicio de todos, deje de mirar para otro lado cuando de flamenco se trata.
Alfonso Eduardo Pérez Orozco, creador, impulsor y dinamizador de los Premios, junto con Anabel Padilla fueron los conductores del evento. 
La cita contó con diversos atractivos empezando por el escenario. Nada menos que en la sala multimedia de Los Museos de la Atalaya, antigua Bodega de RUMASA, con sus pantallas gigantes envolventes fue quien congregó al medio millar de asistentes. La representación más nutrida, sin duda fue la extremeña con políticos y flamencos. En el primer grupo estaba Juan Ramón Ferreira, Presidente de la Asamblea de Extremadura, la coordinadora de los actos del 25 aniversario de la autonomía, Emilia Guijarro y el senador Francisco Fuentes. No era para menos, la obra premiada “Tangos y jaleos extremeños” puede considerarse una obra definitiva sobre esos estilos y por su presentación y contenido estará para siempre en lo selecto del flamenco. Por parte de los aficionados y artistas, el zamorano Federico Vázquez, era su representante más señalado. Hasta un total de quince fueron los desplazados a Jerez. También el autor principal del libro, Perico de la Paula, Pedro Peralta y compañía fueron a impartir lección magistral al epicentro mismo del compás flamenco. Los tangos ejecutados por Peralta con el ritmo marcado  por el golpeteo de cuatro bastones sobre el escenario le puso al respetable los pelos de punta y se lo premiaron con una generosa ovación. Pero antes, Federico Vázquez en su elocución de agradecimiento por el premio obtenido, sacó a relucir a Zamora. En concreto se refirió a la recogida del premio, también en Jerez, otorgado a la Peña Flamenca “Amigos del Cante” por la Cátedra de Flamencología, estando María Fernanda, su mujer de parto de su primer hijo. Eso fue hace treinta años. Cosas de la vida. Pero no fue la única referencia a nuestra provincia. Romualdo Molina, esa mente prodigiosa para hilvanar y analizar hipótesis, no sólo sobre flamenco en lo que como se sabe es una consumada autoridad, también sobre prácticamente cualquier otro tema, además de ser un excelente conversador, volvió a referirse a la afición zamorana. Romualdo además es un excelso trasmisor de conceptos, llegando claramente a la mente y a la emoción, a la cabeza y al corazón, lo que le hizo  cosechar la ovación más monumental que hayamos visto en un acto público, varios minutos con el público en pie, y el buenazo de Romualdo sin inmutarse.
Hay que destacar, además de la actuación de los extremeños, la perla cultivada que nos tenía reservada Alfonso Eduardo: El Quijote. Pero en versión americana de California y cantando flamenco para morirse. El Quijote arribó hace algunos meses a la bahía de Cádiz con un barco fabricado por el mismo y navegando desde EE.UU. hasta España. La primera vez que vino lo hizo hace medio siglo para empaparse de flamenco, como tantos otros miles de extranjeros a la finca del siempre recordado Donn E. Porhen, al que La Opinión le dedicó una página con motivo de su fallecimiento. El Quijote es un artista que canta y se acompaña el mismo con la guitarra, y que afortunadamente para este universal arte se ha “fosilizado”. Es decir, que cuando actúa si se cierran los ojos de repente estás oyendo tocar a Diego del Gastor y oyendo cantar a Joselero y a Manolito María. Impresionante.
Además de los premiados, entre muchas otras caras conocidas, imposibles de citar aquí, se dejaron ver, Mariana Cornejo, Fernando de la Morena, Moraito, Dornates, Fernando Moreno, Paco Cepero, Diego Fernández y Joaquín López del Instituto de Cultura Gitana.

Félix R. Lozano


:: Galería de imágenes de la entrega de premios ::

XIII Ciclo de Flamenco del Teatro Principal: Buen comienzo, por Félix R. Lozano.

El Pasado jueves el telón del Teatro Principal se elevaba para acoger en su seno la décimo tercera entrega flamenca: Encarna Anillo y El Farruco. Dos artistas jóvenes de indudable proyección. Abrió la noche Encarna, en un escenario repleto de instrumental, a palo seco, con cante por toná. Ya con la guitarra de Juan Requena y los palmeros nos obsequió con los cantes genuinos de su tierra, las alegrías. Su simpatía gaditana y su capacidad para conectar con el público hizo que ya con este cante el repleto teatro, que volvió a colgar el cartel de “no hay entradas”, se rindiera a sus encantos artístico. Siguió por granainas dedicadas al Farruco a quien en varias ocasiones, como ocurriera con su hermano Farruquito, le había cantado p´atrás. Un pero: Encarna debería escuchar más a los clásicos y menos a los que, paradojas de la vida, se han convertido en mediáticos al tener que distorsionar y deformar el cante por su falta de facultades. La granaina la remato con fandangos de Lucena. Siete soleares entre las que se incluyen Joaquín el de La Paula, Agustín Talega, La Andonda, Joaniquí de Lebrija y Ramón el de Triana. Otro pero, ninguna de Cádiz. Con la majestuosidad musical que presentan las del Mellizo y o la bellísima fiereza de las del Guanté. Finaliza su buena actuación por bulerías adornadas con una salada patadita previo desprendimiento de sus zapatos. Espléndida ovación tributada por el público y descanso.La segunda parte se abre con, Antonio Rey y Justo Heredia al toque, Pedro El Granaino, Antonio Zúñiga y Simón de Marbella al cante, Bernardo Parrilla al violín e Isidro a la percusión. Aparece un Farruco pletórico de duende, compás y sobrada capacidad de transmisión emocional, haciendo un baile por liviana. Cuando nos preguntamos qué es lo que aportan los gitanos al flamenco, o que es lo que no tendría el flamenco sin ellos, ahí puede estar la respuesta, en esos tres conceptos. Y Farruco con sus veinte años los posee. Se retira a cambiarse de vestuario y el grupo hace una composición muy personal en compás de bulerías y lejanamente tomando elementos de Paco de Lucía. Abre su segunda aparición Pedro El Granaino con dos seguiriyas de Manuel Torre para seguir con una mezcolanza de bulerías y bulerías por solea. El teatro boca abajo pidiendo más. Farruco hizo finalmente salir a Encarna para darse unas pataditas con el fin de fiesta dispensado por la gaditana fuera de micrófono.El próximo jueves también dos jovencísimas damas para no perdérselas: Marina Heredia y Luisa Palicio.
Félix R. Lozano. "Amigos del Cante". Zamora