miércoles, 23 de julio de 2008

Acordes de Flamenco: Número 14.

Al cante, Enrique Morente. El artista del Albaicín continúa su imprevisible camino de compromiso vital y artístico. Con su melena y su cante de león, ruge los versos que ama en la guerra de la independencia. Disfruta de sus dudas, de la estructura sonora que reinventa y se ofrece como un quinceañero ávido de toda sensación, de toda llamada. Nos citamos con él para tomar café en el salón de su casa, allí donde se aleja el Rastro, en las estribaciones del Lavapiés. Y charlamos oyendo flamencos. Antes nos habíamos despedido de Pepe el Habichuela con quien Enrique había estado preparando unas cabales en un local de ensayo rodeados de músicos de rock. Me quito el sombrero, lo dejo sobre una guitarra, en un ventanal que mira a la plaza donde los domingos se intercambian cromos y cantes. Y de tanto hablar se va la tarde. Y eso que a mí cuando me gusta oír a Morente es por las mañanas."El hilo conductor de mi obra es la poesía y la liberad, pero sobre todo el qué cantar".
Al baile, Antonio Canales. Antonio Gómez de los Reyes nació en 1961 en el Corral de Saramaya, el tablao que su abuelo tenía en Triana. Hijo y nieto de artistas, llegó a Madrid para ingresar en el Ballet Nacional. Después, tras vivir un año en París rodeado de los más importante bailarines, regreso a España para convertirse en una de las sensaciones del flamenco y de la danza de los 80. Aunque hoy Antonio Canales es un personaje poliédrico que salta del set de televisión, a las ferias de libros o a las pantallas de cine, nos interesamos por el creador flamenco, el bailaor y el coreógrafo que vuelve tras dos años en los que “me he retirado para lamerme las heridas que me han dejado tantas peleas”, comenta en la primera entrevista tras su crisis y resurrección. Aunque a veces sus salidas de tono nos muestren una realidad desagradable, Canales es sin duda un personaje necesario de la cultura española por su capacidad creativa, su valentía para asumir papeles dramáticos y por su apoyo a jóvenes valores de la danza y de la música. Las aguas de Tarragona parecen haber calmado esas aguas internas que a veces le debocan el carácter e incluso aprovecha la entrevista con Acordes de Flamenco para enmendar algún error: “Quiero pedir perdón a quien haya podido ofender con mis locuras y a aquellos compañeros de los que he hablado mal”.
Al toque, Daniel Casares. Este “Caballero” apunta alto. Es de los de guitarra afilada y mano firme. De los que saben que para salir al escenario y darlo todo hay que creérselo y luchar. A pesar de no llegar a los treinta, Daniel Borja Casares Martínez (Estepona, Málaga 23-9-1980) ya lleva un póker de discos solistas en el mercado y el estreno del último, “Caballero”, llega de la mano de Universal. Algo tendrá el agua cuando la bendicen los críticos de Nueva York, los flamencos y la mismísima Cecilia Bartoli, una de las musas del bel canto, encaprichada con su guitarra. Tengo siempre por ahí discos de Paco, de Camarón,…mi CD elaborado con temas de Ramón Montoya, Niño Ricardo, Caracol…Tengo una recopilación de Mozart, me encanta Aretha Franklin que para mí es la “camarona”…todas las músicas acaban confluyendo. Mira, parece que los flamencos nos fijamos mucho en otras músicas pero creo que es equívoco mirarlo desde esa única perspectiva. Hace mucho más tiempo de lo que la gente cree, Miles Davis cogió las falsetas de Manolo de Huelva y las llevó a su terreno, ¡y lo grabó con Bill Evans al piano! Ahí ya empieza una convivencia entre genios que luego se expandió y a lo que no veo razones para ponerle trabas.
Especiales: Moda flamenca y Suma flamenca de Madrid.