domingo, 30 de septiembre de 2007

Olivares flamenco. Por Félix R. Lozano.

Sábado, 29 de septiembre: noche flamenca en el zamorano barrio de los Olivares. Abrió la incierta noche artística, por las posibles inclemencias temporales, el presidente vecinal, ese curtido fajador por la dignidad asociativa desde hace casi un cuarto de siglo, Aquilino Pérez. El marco escénico, uno de los rincones emblemáticos de nuestra entrañable Zamora, la plaza de San Claudio con su románica iglesia al fondo. Mencionar que se encontraban presentes, departiendo amigablemente con los vecinos, el responsable del grupo socialista municipal, Carlos Hernández acompañado del coordinador Félix Francisco Rodríguez.
Comienza la parte musical el debutante tocaor por estas tierras José Luís Viñas: "Entre dos aguas" del maestro algecireño, el solo en el escenario, sin aditamentos flamencos bastardos. Resultado: interpretación impecable que mete al público en harina en la desapacible noche de Olivares.
Sale a escena Luisita de Huelva con su saco al hombro repleto de tronío y simpatía ¡Ole!. Alegrías de Córdoba. Se las hemos oído en muchas ocasiones, pero el sábado sonaron a música celestial. Tal vez fue San Claudio quien nos tocó con su santa mano, tal vez las sacras vibraciones emitidas por la proximidad del imponente Cristo del Amparo o el ronroneo nebuloso del padre Duero. Luisita, y después todos los demás, sonaban como desde otra dimensión. Sigue con malagueña del icono jerezano de San Miguel, D. Antonio Chacón, para continuar por seguiriyas, la primera y la tercera jerezanas y la segunda de los puertos, fuertes aplausos. Tientos - tangos. Más aplausos que desembocan en la colombiana dedicada a las mujeres. Completamente implicada en la actuación y estableciendo la complicidad con el auditorio como es habitual en ella, sevillanas. Pide la colaboración del público para que la acompañen con el baile. Nadie se decide hasta que lo hace Sabela, la hija de Manolo Atilano "El Fontanero". La majestuosidad de la pequeña dama, nos recordó por momentos a la flamenca silueta de esa "maravillosa bailaora, competidora de la Cuenca" (En palabras de Fernando el de Triana) que fue Salud Rodríguez, "La Niña del Ciego". Sabela y Luisita, fueron recompensadas por una ovación de muchos quilates. Remata la de Huelva con una tanda de fandangos, los dos últimos de su tierra.
Aparece Perico de la Mancha convenientemente trajeado pero sin sombrero. Rompe con soleares matrices de Triana, del ancestral tronco de las apolás. Variante del Fillo que Pepe de la Matrona denominaba soleá petenera, sin serlo. Silverio, rescatada y versionada por "El Tenazas de Morón", "El Portugués", Silverio y "El Quino". Magistral, el público lo entiende así y se lo premia como merece. Sigue con malagueña chica y grande del Mellizo para encarar, en sus palabras, la soleá de Triana. Siempre que hablamos de Triana y especificamos soleá hay que hacerlo en plural. Perico, con inusitada maestría ejecuta siete en la noche del sábado , tres de Pineda, tres de Ollero y la última apolá. Apoteósica interpretación premiada con los correspondientes aplausos. Vidalita que da comienzo a la segunda parte sin descanso.
Reaparece Luisita con su "Campanero jerezano" y "La copla eterna". Sigue Perico "Sin más preámbulos", "Salamanca tierra mía", "Las campanas de Linares" y "Gitanito salmantino" en el momento que aparecieron ligeras y aisladas gotitas de fina lluvia. Encaran la recta final los dos con las "Sevillanas del abuelo", bulerías a dúo, dándolo todo como siempre que vienen por estas nuestras tierras, y recibiendo a su generosa entrega un baño de sentidos aplausos de uno de los más emblemáticos y entrañables barrios de Zamora: Olivares.
Félix R. Lozano es Vicepresidente de la Peña Flamenca Amigos del Cante. Zamora.

"Para ser buen bailarín hay que transmitir fuerza y sentimiento". Eva Peña, profesora de baile en la Peña flamenca "Amigos del Cante".

Amante de esta disciplina desde la infancia, sus clases en la Peña Flamenca Amigos del Cante permiten expresar libremente el gusto por el flamenco al calor de bailaores, cantaores, e incluso de los alumnos del taller de guitarra flamenca.
_¿Cómo empezó su pasión por el baile?
-Ha sido mi pasión desde muy pequeña, porque mi padre es de Málaga, donde estuve viviendo algunos años y donde empecé a bailar con grupos de folclore. Después, aprendí ballet clásico, moderno y clásico español.
-¿Suele tener alumnos hombres?
-No, pero me encantaría porque se pueden hacer cosas muy bonitas como parejas, pero normalmente les da más corte que a las mujeres.
-¿Para ser buen bailarín hay que tener alguna característica especial?
-No, simplemente sentido del ritmo. En estas clases no hace falta tener una forma física determinada, tan solo sentimiento y fuerza para transmitir.
-¿Cuál es su método de trabajo?
-Me gusta compaginar la técnica y la expresión a partes iguales, ya que la técnica es básica y hay que aprenderla, pero debe estar acompañada con la expresión y la interpretación. Además, aunque trabajamos mucho, intento que las clases sean divertidas y que lo pasemos bien.
-¿Qué beneficios se pueden obtener con el baile?
-Muchísimos, sobre todo psicológicamente, porque ayuda a descargar tensiones. Además, al ser un ejercicio aeróbico, se quema grasa y se adelgaza. Es el único ejercicio en el que se trabaja todo el cuerpo, desde la cabeza y la espalda hasta las piernas, por lo que físicamente se nota. Ayuda a mantener en forma la mente y el cuerpo.
-¿La carrera de las bailarinas es muy exigente?
-A nivel profesional es muy duro y hay que dedicarle muchas horas todos los días, por lo que se pueden sufrir lesiones, pero en estas clases intentamos sacar lo mejor del baile.

Publicado en el Norte de castilla/Zamora.