sábado, 9 de agosto de 2008

XI Noche Flamenca de Villaralbo, Zamora.

Villaralbo, a la chita callando ha llegado a la cima flamenca en nuestro país. Son once citas, por lo que se puede considerar una referencia flamenca obligada. Sin embargo, hasta ahora no había sido así, se trataba de una noche hecha, con todos los respetos, de una mezcolanza entre artistas aficionados y profesionales, pero que en ningún caso se le podía denominar festival flamenco con mayúsculas, como podemos hacerlo en el de este año. Pese a ello, mantendrá la denominación de Noche Flamenca, por tradición.
Pues bien, hoy a la decimo primera edición va la vencida. Lo de este sábado 9 de Agosto está al mismo nivel que el internacionalmente reconocido Festival de San Pedro. También, que el fuertemente pujante de Morales del Vino. Dicho de forma clara y lisa, Villaralbo se va a poner en la cima festivalera de las programaciones flamencas nacionales.
Y, aviso para navegantes, con un presupuesto ajustadísimo a nuestra realidad zamorana. Esto no es Andalucía, ni Madrid, por poner sólo dos ejemplos españoles de apoyos financieros suficientemente holgados. No obstante, hay que resaltar el considerable esfuerzo efectuado por el Ayuntamiento, con su buen alcalde Santiago Lorenzo al frente, para hacer posible este magno evento. También hay que tener muy presente el apoyo de Caja Rural de Zamora en aspectos fundamentales de infraestructura. Y como no, al presidente peñista Eduardo Abril para “bailar con la más fea”, en las dificilísimas negociaciones con estos artistas de campanillas, además de estar en todos los detalles concernientes a la organización.
Centrándonos en la parte musical, resaltar el altísimo nivel artístico de los participantes: Cante, baile y toque. Vamos poco a poco.
Manuel de los Santos Pastor. Manuel Agujeta, para el arte, es sobradamente conocido para todos, aficionados y público general. Como ya quedó expuesto en este mismo medio hace cuatro años con motivo de su presencia como máxima figura del Festival de San Pedro: “De tradición familiar fragüera. Para el no existe flamenco, existe cante gitano, y este cante es el mismo que cantaban sus ancestros hace doscientos años, es un cante atemporal, existencial, producto de las penurias pero también de la necesidad de compartir en comunión perfecta, con el clan, el impulso de expresión emocional propia de los seres humanos. Su metal de voz, contundente, capaz de helar la sangre en las venas para acto seguido producir un vertiginoso placer espiritual. ¿Será esto la razón incorpórea de D. Antonio Mairena? Es posible.
Dispone de 17 discos en solitarios y de 7 compartidos, además de su participación en varias antologías. También es el artista más idolatrado en países tan diversos como EE.UU., Méjico, Japón, Austria o Francia. Sin duda es el cantador flamenco más reconocido internacionalmente.”. Lo acompañara con las seis cuerdas su fiel escudero y mejor guitarrista, Antonio Soto.
María Vargas. Indudablemente la estrella de esta magnífica noche flamenca. La cantaora en activo de mejor registro sonoro de la larga historia de las grabaciones flamencas. María está considerada, junto a la Niña de los Peines, La Paquera o Fernanda de Utrera entre la élite de voces femeninas antológicas. Después de muchos años regresa a Zamora y seguro que lo hará a lo grande. Quién tuvo retuvo, y ella es un generoso tarro de esencias flamencas. Estará acompañada por José María Molero, ese firme estandarte, magnífico tocaor, discípulo predilecto del gran maestro jerezano, profesor de todas las buenas generaciones actuales, transmisor del toque de Javier Molina, Rafael del Águila.
Juanito Villar. Gaditano del barrio de Santa María, donde nació y aprendió de su madre la Gineta y de su padre el Gineto. De hecho su primer nombre artístico fue Juanito el de la Gineta, nombre con el que apareció su primera grabación. Artista de comienzo precoz y de referencia obligada cuando de los cantes de la tacita se trata. Como su compatriota Chano se ha fogueado largamente en el cante para baile, pero desde hace ya muchos años se ha mostrado como cantaor hegemónico y solicitadísimo en los mejores certámenes flamencos de Europa. Sin duda es un privilegio disfrutarlo en Villaralbo. Por si esto fuera poco, su acompañante a la sonanta es Perico Jero, indudable que el mejor tocaor por los aires jerezanos y de la Bahía.
La Tobala, debutante en esta plaza, seguro que dejará su inconfundible sello cantaor. Al margen de su natural belleza gitana, su gracilidad de estilo femenino, Juana es todo brío jondo encima del escenario. Es rajo y bien decir de los cantes, básicos y de compás. Además lo hace con ese eco flamenco tan suyo, que provocará la impronta en las mentes de todos los presentes para la eternidad. Su acompañante, es el que lo hace siempre, además de en su vida cotidiana, su marido Pedro Sierra.
Finalmente señalar el último y quinto acontecimiento: La bailaora Manuela Carpio. Procedente de La Plazuela jerezana. Podía ser “la perla cultivada de esta memorable Noche Flamenca”, eso lo dijimos el pasado año al presentarla para el Festival de Morales. A día de hoy todos los buenos aficionados saben de lo que hablamos, por eso sobran los comentarios. Matizar, que como con otros grandes artistas del género, siendo poco conocidos en nuestro país, lo son suficientemente venerados en países como EEUU, Alemania, Japón, o Francia. Manuela es toda emoción, entrega, fuerza, racialidad y expresividad de movimientos sobre el escenario. Cuenta en su elenco con artistas como El Lavi, al cante o el mismísimo Antonio Jero al toque.

Félix R. Lozano, Vicepresidente de la Peña Flamenca Amigos del Cante. Zamora, 2008.