Hoy sábado a la nueve de la noche y en el Teatro principal, el II festival Flamenco de Castilla y León continuará su esplendoroso rumbo. Cambio radical, aunque manteniendo el nivel, respecto a la actuación de ayer viernes. Para esta noche se contará con una altísima dosis de expresión racial sobre el escenario. Flamenco gitano con hondas raíces en la larga y fecunda historia de su arte. Aurora Vargas Vargas prolonga hacia atrás sus genes para emparentar con lo más florido y granado de la jondura romní a lo largo de dos siglos. Personajes míticos de la constelación flamenca como pueden ser El Fillo, El Nitri, Manolo Vargas, El Chozas o la actualmente recuperada con más brillo si cabe que en su gloriosa etapa de la segunda Edad de Oro del flamenco, María Vargas, dan lustre y esplendor a esta magnífica cantaora sevillana. De ella, con buen criterio, dice Gamboa: “… arrebata al público con su tensión festera, el buen metal de su voz, la entrega emocional y los incomparables desplantes de su baile”. Ahí está, muy bien definida a la genial artista: Comunión asombrosa con el respetable, perfecto manejo del cante, particularmente del festero, y completo espectáculo con su danza. Y sin embargo -paradojas de la vida- fue el Yeyé de Cádiz quien hace “el descubrimiento”, con el correspondiente apoyo, para que Aurora tomara la firme decisión de pasarse de forma rotunda al profesionalismo. Más paradojas. El hecho ocurre en Japón cuando la sevillana se encontraba de gira cantando para atrás, y el Yeyé vivía en el país del sol naciente haciendo patria a raudales, y elevando el espíritu nipón hasta llegar al éxtatasis con sus rotundos y aromáticos aires gaditanos y de la Bahía.
Aurora Vargas estará perfectamente arropada por un excelente tocaor de Jerez,conocido sobradamente por estas tierras: Diego Amaya, sin olvidarnos del dúo de palmeros, uno de los mejores del panorama actual, Rafa Junquera y el Eléctrico. ¡Qué siga la fiesta!
Félix Rodríguez Lozano.
Fotografía: Sfumato-Studio. F. Javier Álvarez.
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