Son cinco leyendas. Vocesque ya no sonarán en directo, pero cuyo legado trasciende los tiempos. Cantes en los que han dejado su sello personal que las nuevas generaciones admiran y aprenden. El Turronero, La Paquera, Terremoto, Chocolate y Naranjito de Triana vuelven a ser protagonistas de cinco grabaciones gracias al acuerdo suscrito entre la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco y Flamenco Vivo Records S.L., que ha permitido sacar a la luz el importante archivo discográfico recopilado por Ricardo Pachón. Cada uno de los discos editados recuerda que el flamenco es “una herencia y una tradición que hay que proteger, conservar y difundir. En este triple papel de salvaguarda de uno de los mayores exponentes de la identidad cultural andaluza y una de sus señas de identidad más importantes y genuinas, se antoja imprescindible la digitalización de los ingentes fondos sonoros, documentales y fílmicos que actualmente se custodian en el Centro Andaluz de Flamenco. Este cofre de los tesoros ha sabido superar sus propias fronteras, y se ha convertido en un corazón que, desde Jerez de la Frontera, distribuye la sabiduría del artejondo por todas las provincias andaluzas. Pero su labor no queda ahí, y prueba de ello es el acuerdo por el que Ricardo Pachón, nombre propio sin cuyo trabajo no se entendería de igual forma el flamenco en la actualidad, ha digitalizado y cedido parte de su importante archivo a los fondos del Centro Andaluz de Flamenco, el cual, a través de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, ha realizado cinco grabaciones, dedicadas a otros tantos artistas señeros”.“El flamenco continúa afirmando el texto firmado por el Centro Andaluz de Flamenco es un arte vivo, un arte pujante, un arte del que constantemente surgen brotes que le dan aires nuevos. Pero también es un arte que tiene firmes raíces en la tradición, en la herencia de los cabales y de aquellos artistas que han legado a la historia del arte jondo unos saberes devalor incalculable. Saberes que hay que proteger y transmitir a generaciones venideras para que continúe el ciclo de la vida, para que la universalidad de la que ya goza el flamenco sea imparable. La labor de digitalización de estos fondos supone, pues, una importante aportación a este arte con impresionante pasado, gozoso presente y prometedor futuro”. El acuerdo al que han llegado la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco y Flamenco Vivo contempla que esta sociedad “ha desarrollado una importante labor de producción, promoción, edición y difusión de los valores artísticos y culturales del flamenco”. Con el objetivo de auspiciar el acceso de los ciudadanos a los bienes culturales que componen el patrimonio andaluz, en condiciones de igualdad, la AgenciaAndaluza para el Desarrollo del Flamenco mostró su interés en catalogar y digitalizar los archivos sonoros y en editar cinco nuevos CDs, así como en obtener copias para poder acceder a ese importante material de estudio y documentación. Por ello, se llegó a un acuerdo por el cual se han digitalizado los fondos anológicos del archivo sonoro de Ricardo Pachón, que han sido la base y el germen de la edición no venal de cinco CDs con la obra de El Turronero, La Paquera, Terremoto, Chocolate y Naranjito de Triana. Además, una copia de las grabaciones pasará a formar parte de los ingentes fondos documentales y sonoros custodiados en el Centro Andaluz de Flamenco. El primer CD, dedicado a El Turronero, ya ha vistola luz. En él, el cantaor dice bulerías, tientos, alegrías y tarantos que fueron grabados en diversos festivales flamencos de 1977 y 1978 con el acompañamiento a la guitarra de Paco Cepero. La edición, muy cuidada, incluye una serie de postales realizadas por Gonzalo Conradi, y reproduce las palabras de El Turronero recogidas por Manuel Martín Martín en su libro El coraje de vivir: “Le estoy echando coraje a la vida. Tengo ganas de vivir, necesito vivir. Pero para vivir me tengo que alimentar de mis cantes, si no canto me muero. Ah, Manuel, no se me olvida lo que me dijiste en un Potaje, que yo era el bordón de la guitarra de Cepero. Le quiero volver a cantar al amor, porque toda mi vida le he cantado al amor, a lo mejor porque siempre he estado falto de él, lo mismo que he sido rebelde, con las letras que han sido sentencias, sobre todo por taranto. Manuel, no me quiero morir, y si me muero que sea cantando. Si no puedo cantar, ¿qué mequeda?”. A los aficionados y aficionadas al flamenco nos queda su voz, grabada para siempre en la memoria colectiva del arte jondo.
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