El homenaje de los amigos y compañeros a Niño Miguel se convierte en el acontecimiento flamenco del año · Más de cuatro horas de arte en el Palacio de Deportes ante más de 5.000 personas.
Pocos recordaban la estampa del Niño Miguel sobre un escenario. La magia se hizo presente la noche del sábado en el Palacio de los Deportes cuando las cuerdas de una guitarra comenzaron a vibrar al tacto de unos dedos sin igual. "El mejor guitarrista de España", sentenció alguien desde el escenario. ¿Será el mismo de unos años atrás? El primer paso está dado. La primera ovación de la noche se escuchó sin que una sola nota hubiese sido tocada cuando el protagonista se hizo presente entre los focos, aferrado al mástil de su guitarra. Fueron apenas diez minutos, los suficientes para comprobar que el artista sobrevive al naufragio, que tras ese rostro ajado hay vida. Y que la luz de las seis cuerdas se ha abierto paso entre las sombras.
Rara vez se puede asistir a un evento en el que se den cita de forma simultánea artistas de la talla de los que subieron de manera altruista al escenario. Profunda y rajada la voz de Pepe de Lucía, inalcanzable el poderoso tono de El Pele, enorme la figura de José Mercé y sublime como siempre Estrella Morente. Plasticidad y energía sin igual la de Eva Yerbabuena, señorío de Carmen Linares versionando los poemas de Juan Ramón, elegancia e innovación en Manolo Sanlúcar, magia en Tomatito, saber hacer de Juan Habichuela, aire fresco en José Luis Rodríguez, armonía en solitario y como acompañante la de Miguel Ángel Cortés, precisión al toque de Juan Carlos Romero, acertados Los Mellis, siempre ahí, a las palmas y los coros. Y tremenda la generosidad de Arcángel, muñidor silencioso de un evento que ya engrosa la historia del flamenco en Huelva.
Fueron más de cuatro horas ininterrumpidas en las que se escuchó, se sintió y se palpó el arte. En los que estaban y en los que no pudieron acompañar en directo al artista onubense. Enrique Morente, Vicente Amigo y otros nombres con mayúsculas quisieron estar presentes en el acto a través de vídeos en los que resaltaron la figura de uno de los suyos. Todos aprendieron de las manos de Niño Miguel hace ya tres décadas y todos quisieron recompensarle.
Presentado con discreción y maestría por Manolo Curao, fue un acto íntimo a pesar de las más de 5.000 personas que llenaron el recinto. La emoción pudo más que el cuerpo y la noche concluyó cuando el Niño Miguel estaba ya de vuelta, para proseguir con una recuperación dura y lenta. Eran casi las dos de la madrugada del domingo y el público seguía allí. Huelva y el mundo flamenco cantaron por alegrías, fandangos y demás palos en honor al rasgueo de tres cuerdas y de una mirada triste, pero llena de vida.
Vía Huelvainformación.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario