Como habíamos pronosticado el pasado martes en estas mismas páginas, bajo el título “Trío de Ases”, la velada flamenca se presentaba de lo más atractiva. No defraudó.
El avezado y ameno conferenciante Romualdo Molina dividió su intervención en dos partes: Naranjito de Triana y el flamenco como arte universal. Partes más aparentes que reales ya que las tesis largamente defendidas por Molina se resumen en los siguientes postulados: Por un lado superación de la dicotomía cante gitano/cante payo incluyendo la ausencia de supremacía de uno sobre el otro. Finalmente, reafirmar la universalización de este arte más allá de la lasitud localista andaluza. Como ejemplo, sólo en Tokio el número de academias orientadas a la enseñanza del flamenco en sus tres vertientes de cante, toque y baile, supera con creces a las destinadas a tal fin en todo el Estado Español.
Centrándonos en la parte artística, muy bueno y breve. Miguel de Tena con la magistral guitarra de Antonio Carrión rompen por farruca. Muy de agradecer, tenida cuenta las escasísimas ocasiones en que los cantaores nos obsequian con este difícil palo. Siguen soleares: Joaquín el de
Y…, el sábado 19 a las diez de la noche, en el Hotel Sayagués, seguiremos disfrutando de flamenco “pata negra” con El Torta y El Yeyé de Cádiz al cante, Alberto San Miguel y José María Molero al toque, además de Luis Santiago y José Peña a las palmas y jaleos. ¡Qué aproveche!
jueves, 17 de abril de 2008
Aula Flamenca, crítica. Por Félix R. Lozano
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Crítica flamenca,
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