Teatro Principal de Zamora, jueves 4 de febrero; 21h. Al cante: José de la Tomasa. Toque: Antonio Moya.
Nombre artístico de José Georgio Gutierrez.
Sevilla, 1951. Cantaor. Sobrino-nieto de Manuel Tomasa y Pies de Plomo. Aunque siempre se alternó cantando en fiestas familiares y en reuniones de cabales, su revelación artística se produjo al ganar el concurso de Mairena del Alcor, después de haber formado parte del grupo Triana, intérpretes de folk andaluz. Su consagración le llegó al ganar en el Concurso Nacional de arte Flamenco de Córdoba, en 1976, el premio Manuel torre por siguiriyas y tonás. A partir de este triunfo actúa en peñas flamencas y comienza a participar en los festivales andaluces, de los que actualmente es una de sus primeras figuras. Su cualidad de letrista se refleja en su discografía, así como su capacidad de repertorio.
Se presentó en Madrid, en 1984, en uno de los festivales del homenaje a Federico García Lorca, celebrado en el Teatro Español, repitiendo ante el público madrileño, en el Teatro Alcalá Palace, durante la cumbre Flamenca de 1985. Ha sido finalista del premio El Compás del Cante, en 1984, y del Giraldillo del Cante, en 1980.
Numerosos críticos y flamencólogos han glosado su personalidad artística, suscitando comentarios como los siguientes: Miguel Acal: "Habrá que prestar mucha atención a este joven cantaor que puede ser una pieza básica, en el engranaje del flamenco de los próximos años".
Manuel Ríos Ruiz: "Ante el cante de José de La Tomasa intuimos dos aspectos característicos. Uno, su conocimiento de los estilos y su permanente deseo de interpretarlos con la mayor exactitud. Otro, los matices de su voz, un tanto opaca pese a su rajo agitanado. La conclusión que sacamos de estas dos premisas, es que su enorme preocupación por seguir las reglas le priva de cierto y preciso desmelenamiento. Su desgarro, como todo su cante, lleva implícito quizá demasiado estudio y cierto temor al descalabro. Sus cualidades son innegables y sus posibilidades, todas. Pero le cuesta pellizcar. Le pesa en demasía la herencia. Y la herencia no debe convertirse en una monotonía o en una perfección que pide continuamente cumplimiento. Hay que manejarlo con mayor libertad. El día que así lo decida, José de La Tomasa alcanzará el cenit de su cante, su auténtica personalidad".
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