Es un alarde. Es una exhibición formidable del género andaluz por sus tres vertientes: en un mismo patio juegan lo instrumental, el eco de las voces y las siluetas de los cuerpos en danza. Muestra la enorme vitalidad que el flamenco tiene en los albores del siglo XXI, puerta de milenio. Y lo hace desde el sentimiento y la razón de Carlos Saura, con su magisterio, su gusto y su memoria en porfía de contar secuencias maravillosas.
Flamenco Hoy de Carlos Saura se fundamenta en la calidad de sus intérpretes, magníficos artistas de la ultimísima generación, novísimos y no por ello menos fascinantes. Se establece en compendio, antología cabal, del repertorio histórico de lo flamenco. Y aún de más, por las fronteras de otras músicas afines, de España y del Mundo. Se logra en la exhibición plena de las estirpes hondas. Se basa en la disciplina y en la chispa que deslumbra y conmueve.
Nanas, Sevillanas y Tangos de Triana, Peteneras, Farrucas y Saetas, Fandangos, Guajiras y Malagueñas, Seguiriyas, Soleares y Zambras, Alegrías, Bulerías y Rumbas; Componen el poema de lo que se toca, se canta y se baila. Tantas y más secuencias son posibles porque se manifiestan comprimidas en su esencia justa, de manera que nada hay superfluo. Lo que queda es mosaico imponente de imágenes radicales, vivas, profundas
y bellas.
Los ojos, los espejos, las miradas, los pasos, los movimientos, los gestos, incluso los utensilios… en tránsito de la sombra al brillo. Eso se enseña. Se recuerda: se rinde homenaje a Antonio Gades, a Caracol y a Mairena, en su centenario. Comparece lo andalusí, la magia encantada de lo oriental. Sucede la estela de Antonia Mercé bailando a Granados y el sobresalto de Carmen La del Titi. Y sitio hay para que luzca un castizo pasodoble sensual, caricia entrelazada. Se reconocen territorios: Triana, Málaga, Jerez, Cádiz, Lebrija y el Alosno bendito. Lo negro, lo gitano asoman. Con el jazz se funde… van y vienen los momentos de júbilo y las estancias de tristeza. Alternan unas con las otras inmediatas en clave de yuxtaposición o de contraste. Lo mismo por la naturaleza de las coplas que por su tratamiento escénico y coreográfico. Todo lo que sucede conviene bajo la mirada atenta de la luz; se simulan sus horas desde el amanecer hasta el ocaso. Cada forma tiene su figuración y su color distintos.
Flamenco Hoy de Carlos Saura se fundamenta en la calidad de sus intérpretes, magníficos artistas de la ultimísima generación, novísimos y no por ello menos fascinantes. Se establece en compendio, antología cabal, del repertorio histórico de lo flamenco. Y aún de más, por las fronteras de otras músicas afines, de España y del Mundo. Se logra en la exhibición plena de las estirpes hondas. Se basa en la disciplina y en la chispa que deslumbra y conmueve.
Nanas, Sevillanas y Tangos de Triana, Peteneras, Farrucas y Saetas, Fandangos, Guajiras y Malagueñas, Seguiriyas, Soleares y Zambras, Alegrías, Bulerías y Rumbas; Componen el poema de lo que se toca, se canta y se baila. Tantas y más secuencias son posibles porque se manifiestan comprimidas en su esencia justa, de manera que nada hay superfluo. Lo que queda es mosaico imponente de imágenes radicales, vivas, profundas
y bellas.
Los ojos, los espejos, las miradas, los pasos, los movimientos, los gestos, incluso los utensilios… en tránsito de la sombra al brillo. Eso se enseña. Se recuerda: se rinde homenaje a Antonio Gades, a Caracol y a Mairena, en su centenario. Comparece lo andalusí, la magia encantada de lo oriental. Sucede la estela de Antonia Mercé bailando a Granados y el sobresalto de Carmen La del Titi. Y sitio hay para que luzca un castizo pasodoble sensual, caricia entrelazada. Se reconocen territorios: Triana, Málaga, Jerez, Cádiz, Lebrija y el Alosno bendito. Lo negro, lo gitano asoman. Con el jazz se funde… van y vienen los momentos de júbilo y las estancias de tristeza. Alternan unas con las otras inmediatas en clave de yuxtaposición o de contraste. Lo mismo por la naturaleza de las coplas que por su tratamiento escénico y coreográfico. Todo lo que sucede conviene bajo la mirada atenta de la luz; se simulan sus horas desde el amanecer hasta el ocaso. Cada forma tiene su figuración y su color distintos.
Hecho de lo cotidiano popular que se transmuta escénico por la virtud de su trascendencia y de su técnica. También de toda su memoria teatral y pública en los siglos. Ahora considerada y puesta al día bajo la óptica y la dirección de un pertinaz amante suyo, diestro en la concepción de obras excepcionales, con sello propio. Así es como se juntan de nuevo el Flamenco y Saura, pero no en un plató sino en los escenarios. De ahí que los artificios sean más inmediatos y próximos al espectador. El silencio no es para rodar sino para estremecerse sintiendo todo lo que cada representación disponga. La diferencia no es baladí, impone su carácter. Se constituye en reto abriendo puertas al riesgo y al desvelamiento. Eso motiva al aragonés, le da impulso, abona su pasión por seducir. Bienvenida sea.
Web para ampliar info: http://www.flamencohoydecarlossaura.com/.
En Salamanca: CAEM, días 20 a 23 de mayo. 21:00hrs. Entradas 28 y 32€.
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