O lo que es lo mismo “El Quijote” y su mujer Andrea Black, “La Canela” nos gratificaron con una excelsa muestra de lo que dos americanos de California pueden sentir, conocer e interpretar sobre nuestra compleja música. Tanto el cante como el toque corrió a cargo de Richard y la patadita de rigor adornando las bulerías correspondió a una flamenquísima Andrea. Ni grandes intérpretes del cante y la guitarra como puede ser el caso del maestro Fosforito se atreven, ni se han atrevido, a acompañarse ellos mismos en público por la extrema dificultad que esto entraña. Un americano si es capaz de hacerlo con un envidiable sentido del compás y un profundo y cabal conocimiento del cante. Una prueba más de la internacionalidad de nuestro arte patrio. Abre el recital con tientos–tangos, sigue por fandangos personales rematados por aires onubenses, continúa por soleares de Alcalá y bulerías para cerrar la primera parte. Ya en la segunda entrega, hacen su aparición las seguiriyas, nuevamente soleares, esta vez de Triana, alegrías y canción por bulerías recordando a Fernanda de Utrera. El público asistente, entre los que se encontraban una representación de la Asociación Zamorana de Bellas Artes, vibró y recompensó con sus calurosos aplausos a la genial pareja de artistas aficionados. Se cerró la velada con una pequeña tertulia y los cantes del socio Pepe Mazo acompañado por “El Quijote”.
Félix R. Lozano
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