miércoles, 18 de junio de 2008

Excelentes: Preámbulo del Festival Flamenco y epílogos del Club y las Aulas.

Como se había dicho, en el acto celebrado el pasado martes en el salón de actos de Caja Duero, confluían motivos complementarios. Por una parte, anunciar y promocionar el acontecimiento flamenco más importante del año, el XXXVIII Festival Flamenco de San Pedro. Por la otra, dar curso al Aula Flamenca patrocinada por la entidad de ahorro. Y hacerlo todo ello bajo los auspicios del Club “La Opinión”. Para estos dos últimos era su broche de oro hasta el próximo otoño.
También, como se había pronosticado, el acto no defraudó a nadie. Comenzó con la preclara anfitriona Carmen Ferreras explicando la importancia de la convocatoria. Tomó la palabra el presidente de la Peña Flamenca haciendo un exhaustivo repaso a la nómina de artistas que este año estarán entre nosotros, tanto en el Festival como en la Misa, para posteriormente ocuparse de otras cuestiones más prosaicas como las referidas al precio de las localidades y puntos de venta. Por cierto, hay que resaltar que se mantienen los precios desde hace cinco años.
Comienza el Aula con la conferencia de rigor, en este caso inusual, a cargo del joven periodista responsable de la sección “Flamenco” del ABC de Sevilla. Inusual por salir guitarra en mano para dar unas pinceladitas sobre la armonía, el compás y la melodía, aspectos en los que el flamenco se diferencia claramente de otras músicas. Explicaciones en las que participó con sus palmas a compás el concurrido auditorio. Concluyó diciendo que si el flamenco es grande y universalmente demandado, es por su estructura musical interna diferenciada y única. Fue aplaudido como pocos lo han sido en la corta historia de las Aulas.
Llega el turno de los artistas. María José Pérez, que venía de cumplir la pasada semana sus 23 añitos, con unos registros sonoros impropios de su edad, encandiló a la concurrencia con los primeros “ayes” para templarse por tientos. Gaditanos estos en la línea de Manolo Vargas para enseguida interpretar tangos referenciados en Pastora y La Perla. Granaina de Manuel Vallejo y media de Chacón versionada también por el maestro sevillano y segunda Llave del Cante. Sigue, bien secundada por el guitarrista Alfredo Mesa, por alegrías y cantiñas. Llega el palo en el que para muchos María José estuvo por encima de los otros: Las seguiriyas, la primera de Manuel Torre, segunda de Perico Frascola y cabal de Manuel Molina. Rematan la corta pero sustanciosa actuación por bulerías: La primera de La Niña de los Peines, sigue con su marido, Pepe Pinto, para finalizar el concierto con tres coplas por el mismo palo de La Perla de Cádiz.
El sabio público zamorano tributo justo aplauso.
Félix R. Lozano

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